Centro de Ética

  • Semblanza de Don Pedro Laín Entralgo


    Por: Teodoro Gómez G.
    Docente de la Universidad La Gran Colombia.
    Miembro del Consejo Editorial de Nueva Civilización

    DON PEDRO LAÍN ENTRALGO

    Nació en Urrea de Gaén (Teruel), 15.II.1908 – Madrid, 5.VI.2001, Diego Gracia Guillé es un estudioso de Don Pedro Laín Entralgo y así lo presenta: médico, psiquiatra, filósofo, humanista, historiador, ensayista. Y para nosotros es epónimo del “Centro de Pensamiento “La esperanza”, Don Pedro Laín Entralgo”, de la Universidad La Gran Colombia.

    El Centro de Pensamiento “La esperanza”, Don Pedro Laín Entralgo es una dependencia de formación ética adscrita a la Rectoría de la Universidad, constituido por un selecto equipo de educadores formados en las diversas disciplinas de las ciencias sociales al servicio de los principios grancolombianos y de la formación integral de profesionales éticos, comprometidos con el desarrollo de una sociedad más humana, responsable y solidaria.



      Médico rural para la Mancomunidad Hidrográfica del Guadalquivir.

      Conferencista en el Colegio Cántabro donde dictó un célebre curso sobre la “Patología general de la personalidad”.

      Escritor en el periódico ”Arriba España”: Primer diario de la Falange, de la que fue seguidor en la Guerra Civil española.

      Colaborador de “La Revista Negra” de la Falange, fundada por Eugenio d’Ors.

      Autor de una serie de artículos titulados “Tres generaciones y su destino”, para explicar que los pueblos y los individuos pueden ser ‘adolescentes’.

      Subdirector de la “Revista Escorial “ y “Rector de la Universidad de Madrid “. (1951-1956).

      Catedrático de “Psicología Experimental” en seminarios, sobre “Psicología de la percepción” y sobre “Caracterología”.


    Laín Entralgo fue un académico de la “Real Academia Nacional de Medicina “ y de la “Real Academia Española” donde ingresó con un discurso sobre ”La memoria y la esperanza: San Agustín, San Juan de la Cruz, Antonio Machado, Miguel de Unamuno”, discurso contestado por Gregorio Marañón y también de la “Real Academia de la Historia “ donde leyó su discurso “La amistad entre el médico y el enfermo en la Edad Media”, contestado por Dámaso Alonso.

    Fue doctor honoris causa de las Universidades de “San Marcos” (Lima), “Toulouse, Zaragoza”, “Pontificia de Salamanca” y “Brown” (Estados Unidos).

    Obtuvo el “Premio Nacional de Teatro” por sus críticas en la Gaceta Ilustrada, el “Premio Montaigne” del año 1976; el “Premio Aznar de periodismo” del año 1980: “El premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades” (1989) y la “Gran Cruz de Alfonso X el Sabio”.

    La historia fue su horizonte y su método para comprender los problemas de los hombres que son respetables porque son seres humanos, no por las ideas que defiendan.

    Pidió que España fuera fiel a sí misma y a su tiempo, entre el ayer ilimitado y el mañana sin fin, porque ella es proa del Continente occidental, bajo la frialdad cósmica y astral.

    Fueron famosos sus artículos: “Tres generaciones y su destino” que es un proyectó de elaboración de una historia cultural de la España vista en cinco generaciones del siglo XIX y primeras del XX:

      La “regeneracionista” de Costa y Galdós,

      La “científica” de Cajal y Menéndez Pelayo,

      La “del 98”,

      La de “Ortega y Marañón”, y

      La “generación del 27”.


    Laín Entralgo miró hacia el futuro y propuso “las líneas de una posible acción perfectiva en el dominio de nuestra vida intelectual.” en su obra: “Descargo de conciencia” (1976, 337).

    Intuyó la cultura con múltiples exigencias: tradición, actualidad, crítica perfectiva, calidad intelectual y estética.

    Consideró desdichadas las razas que no hacen un alto reflexivo antes de proseguir su ruta, y las que no sienten la necesidad de volcar claridades sobre su destino con perspectivas antropológicas.

    Tuvo la influencia de Ortega y Gasset, a partir de la “historia como sistema”. Escribió el libro: “La espera y la esperanza: Historia y teoría del esperar humano”. (1956).

    Fue lector de Dilthey, Ortega, Heidegger y Zubiri y con ellos pensó que la historia no está tejida de “hechos” meramente naturales sino de “acontecimientos” humanos. El ser humano es Geschichtlichkeit. (historicidad).

    Nuestras creencias están en la base de la vida humana lo dijeron Hume, Kant, William James y Ortega y Gasset.

    Dominó la heurística y la hermenéutica interpretativa y bebió en las fuentes filosóficas de la fenomenología existencial y transformó la antropología en su “mentalidad”; lo escribió en un prólogo a sus libros . “El ideal de la ciencia es ver y hacer ver las cosas según la verdad; y la especial condición de la inteligencia humana”. -con el dilema de todos los días- : ”nolens” no querer o “volens” querer. (1950: 5).

    Como médico estableció que la historia clínica es un problema morfológico, fisiológico, (nosología, nosotaxia, nosognóstica), con tratamientos técnicos (farmacoterapia, dietética, cirugía, psicoterapia), lo dijo en “Introducción histórica al estudio de la Patología sicosomática ” (1950), y en Mysterium doloris: Misterio del dolor y en “La obra de Cajal (1956), y en “La curación por la palabra en la Antigüedad clásica”. (1958).

    Publicó: “ El cuerpo humano: Oriente y Grecia antigua”. (1987).

    Para síntetizar su antropología escribió: ”Idea del hombre” (1996) y ”Qué es el hombre: Evolución y sentido de la vida” (1999).

    El nombre cree, espera y ama; ‘somos’ nuestras creencias, nuestras esperanzas y nuestras dilecciones. En época de crisis nuestras esperanzas permanecen.

    Sistematizó su antropología en: ”Antropología de la esperanza”. (1978, 34-35), ”Esperanza en tiempo de crisis”. (1993) y ”Creer, esperar, amar”. (1993).

    Laín Enralgo se opone a la clásica doctrina del alma sustancial e inmortal y a la concepción hilemórfica de la realidad personal, y piensa que en el ser humano todo, es necesariamente corpóreo.

    Horacio había dicho: “omnis moriar” Moriré todo yo, “omnis resurgam”, todo yo resucitaré. (Cuerpo y alma, 1991: 289).

    En síntesis, Pedro Laín Entralgo fue: pensador o filósofo, se denominó a sí mismo como “antropólogo ” y fue un profundo estudioso del ser humano.

    Su tesis básica es que no se le hace justicia al ser humano cuando se le define, simplemente, como “animal racional”, desde el tiempo de Aristóteles, hay tres notas que lo definen de modo más pleno: animal credente, esperante y amante.

    La existencia humana posee una estructura a la vez ‘pística’ pístis, la fe, la creencia, ‘elpídica’, elpís, la esperanza, spes, spei, y, filia, la amistad, el amor.