La educación superior vive uno de los momentos más desafiantes y urgentes en la actualidad, donde no solo se trata de formar profesionales competentes, sino de generar sentido, confianza, bienestar y habilitar a los jóvenes para abordar los retos y las transformaciones que exige la realidad de hoy. Lo que durante años fue considerado parte del ideal educativo, hoy reclama adecuaciones y respuestas concretas y apremiantes, frente a generaciones que ya no aceptan respuestas genéricas ni estructuras que ignoren su realidad. La Generación Z y los Millennials están reconfigurando las expectativas frente a las instituciones de educación superior.